Tiffani no se detendrá hasta salvar al comandante de Atlán que se cree perdido por la fiebre de apareamiento. Debe ir a la prisión y seducir a su bestia. El poco control de Warlord Deek sobre sí no es el único problema, ya que la fiebre no fue un accidente. Empujar los límites sexuales es solo el primer paso para la salvación.