Aquí descubrirás relatos fascinantes que confrontarán la visión que tienes de tí mismo con la visión que tiene de tí nuestro Señor. No sólo eso, sino que como catequista y evangelizador, te inquietarás lo suficiente como para aceptar mucho más esa mirada en tu vida, lograr que el perdón crezca dentro de tí y usar todo lo aprendido en tu misión pastoral. Además, a través de cortas reflexiones podrás complementar tu oración personal y así obtener la paz que sólo Cristo te puede dar. Espero que leyendo hoy este libro sea de tanta bendición que anheles que otros perdonen y acepten verse a sí mismos como el Señor los mira. Porque nadie es tan santo que no necesite aceptar más como el Señor los mira, ni tan pecador que no lo merezca.