Este libro fue escrito para todos los niños del mundo para que entiendan lo que realmente sucede cuando muere un ser querido. Este libro también fue escrito para todos los niños que ya han muerto e ido al Cielo, incluyendo mi primer hijo Christopher. La muerte no es el final. Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. 2 Corintios 5:8